29 de Junio del 2017, San Cristóbal de las Casas, Chiapas
Desde el grupo de trabajo no Estamos Todxs, acompañamos al compañero Roberto Carlos Ruiz, sobreviviente de tortura, actualmente privado de su libertad en el CERSS No 5 de San Cristóbal de las Casas, Chiapas bajo acusación de extorsión condenado a 5 años y 3 días.
Consideramos que el mayor delito por el que es acusado, y por el cual es encarcelado, Roberto es su condición de migrante y pobre. Circunstancia por la que muchas personas arriesgan su vida y su libertad en busca de mejores condiciones de vida para ellos y para sus familias.
Son las fronteras físicas y económicas motivo de vulneración de los Derechos Humanos y causa de criminalización de muchas personas que ven como el hecho de no contar con un documento de identidad “oficial” hace que no dispongan de ningún tipo de seguridad de su integridad física, psicológica e incluso de su propia vida.
Roberto ha mantenido una lucha constante para conseguir su libertad mediante los mecanismos legales del Estado de Chiapas, donde se encuentra preso, y también mediante huelgas de hambre como medida de presión para que su caso, al igual que muchos otros, no caiga en el olvido institucional que hacen que las cárceles estén llenas de personas que por su condición social no cuentan con los recursos económicos suficientes para “pagar” por su libertad.
Su caso, es un ejemplo más de la injusticia del supuesto sistema de justicia que impera de forma global. Leyes que son usadas como moneda de cambio, y dependiendo de la necesidad oportuna, y que su mayor objetivo es ser utilizadas para esconder en el rincón de cárcel, del olvido, de la fábrica o de la fosa a todas esas personas que ellos consideran prescindibles y sustituibles. Personas convertidas en “cosas” que pueden ser encerradas, torturadas y silenciadas.
Roberto es sobreviviente de una cruel tortura física y psicológica, el hecho de que la obtención de su libertad no se vea garantizadas hace que difícilmente pueda confrontar la situación de estrés postraumático que conlleva toda situación de tortura. La incertidumbre en la correcta aplicación en los mecanismos de impartición de justicia y la burocratización de los mismos, hacen que difícilmente se pueda confiar, en que sin la de la lucha del compañero y la presión social se consiga su puesta en libertad.
Consideramos que más que un caso aislado esta es la realidad de muchas personas arrojadas al rincón de la de la cárcel y del olvido. Por eso exigimos la inmediata puesta en libertad de Roberto, denunciamos y señalamos sus leyes y fronteras que discriminan, criminalizan y son un atentado contra la vida y la libertad de las personas.
Exigimos la inmediata puesta en libertad de Roberto, reafirmamos nuestro compromiso en el acompañamiento, abrazamos su lucha y estamos al pendiente junto con su familia de los siguientes pasos en su proceso para la obtención de su libertad.
Hasta que todas y todos seamos libres
Grupo de Trabajo No Estamos Todxs.