Los muros grises no valen la vida

 

 

San Crístobal de las Casas, 1 de agosto de 2019

Los muros grises no valen la vida

El pasado domingo día 28 de julio, los compañeros Adrián Gómez Jiménez, Juan de la Cruz Ruíz, Abraham López Montejo y Germán López Montejo nos comunicaron su decisión de comenzar otra etapa en la lucha por justicia y libertad. Desde ese día la huelga de hambre se convirtió en un ayuno parcial en el que estarán ingiriendo alimentos de forma diaria en el periodo comprendido entre las 12:00 y las 18:00 horas. Los compañeros permanecerán en plantón en el mismo lugar donde se encontraban, a un costado del área médica en el CERSS nº5 de San Cristóbal de las Casas.

Nuestos compañeros iniciaron esta huelga de hambre el pasado 15 de marzo del presente año, y desde entonces se ha ido desarrollando diferentes fases, actos o etapas.

La primera de ellas fue de 31 días de ayuno total con unas exigencias claras:

• Revisión de sus expedientes para documentar las faltas al debido proceso, irregularidades y vulneraciones a sus derechos humanos.
• Investigación clara y eficaz de la tortura.
• Libertad inmediata e incondicional

Posteriormente, y ante la demanda del gobierno de poder hacer la revisión de los expedientes y trasladar los casos a la Mesa de Recociliación decidieron convertir la huelga de hambre total a un ayuno parcial en el que estarían ingiriendo pequeñas porciones de alimento, principalmente frutas y verduras, cada tercer día. El Gobierno del Estado de Chiapas no cumplió su palabra, y pasados 29 días los compañeros decidieron regresar a la huelga de hambre total, y además desarrolar el legítimo derecho a la acción política en un plantón a la intemperie.

En esta tercera fase han sido 75 días en los que, de nuevo, sólo han estado ingiriendo agua y miel como toda alimentación. Durante todo este tiempo la salud física, psicológica y emocional de los compañeros ha ido sufriendo un deterioro alarmante, llegando a unos niveles de riesgo inmediato de colapso en cualquiera de sus órganos vitales. Van a tener secuelas de por vida de esta acción; alguno ya tienen daños irreversibles en el riñon y en los próximos meses podremos comprobar el alcance, todavía no visible, de las secuelas físicas y psicológicas de esta acción de lucha política en exigencia de verdad, justicia y libertad.

Esta decisión, o estas palabras, parecieran el relato de una derrota, pero les podemos asegurar que en absoluto lo es, más bien todo lo contrario.
Es una victoria rotunda de nuestros compañeros y una puerta abierta a ese callejón sin salida al que el Gobierno los estaba orillando en el que sólo les dejaba una salida: La muerte.

Y no, nuestros compañeros nos dicen que no están dispuestos a entregar su vida a unos cínicos sinvergüenzas; a unos muros grises que secuestran personas y roban inocencias; a un sistema de justicia corrupto e inhumano; a unas leyes que están destinadas para marginar y encerrar a los pobres. Es decir, no están dispuestos a rendirse y van a seguir luchando, con toda la dignidad a la que ya nos tienen acostumbrados, por la libertad y por su libertad.

Luchando por que la verdad salga a la luz, y eso que hasta los mismos del Gobierno reconocen, sea un hecho irrefutable. La cárcel está llena de personas inocentes pagando por delitos que no cometieron mediante declaraciones arrancadas bajo tortura.

Luchando por recuperar la vida que en un momento les arrancaron y poder contemplar el cielo azul de la libertad con sus proyectos de vida, con sus sueños, con sus familias y con sus personas queridas.

En estos 135 días de lucha, nuestros compañeros han sumado victorias que hubieran sido impensables para ellos hace unos meses, y que han sido la fuente de una fortaleza indescriptible.

En la lectura y revisión de sus expedientes se ha podido demostrar, y presentar al Gobierno, las pruebas de sus declaraciones de tortura en algunos casos denunciadas desde la detención. Todas las irregularidades contenidas en sus expedientes, la mentira, la fabricación de sus casos. La lista de los derechos que les han sido violados es larguísima. Las investigaciones parecieran sacadas de guiones de películas de ciencia ficción. Y la respuesta de los responsables del Gobierno del Estado de Chiapas, ante estos despropósitos, sacadas de una obra de terror en dos actos: El desprecio y la crueldad.

Primer acto: El desprecio.

No nos queda la menor duda de que para el Gobierno, la justicia y las leyes nuestros compañeros, sus familias, sus amigas y amigos y sus personas queridas somos fruto de desprecio. En todas las sesiones que se han mantenido dentro del espacio de la mesa de trabajo para la resolución de este conflicto sólo se han dedicado a mentir.

Los casos todavía no están en la Mesa de Reconciliación, tal como prometieron desde el mes de Abril. Es más, la revisión de los expedientes, que ellos se comprometieron en hacer, jamás se ha dado y son los compañeros los han que tenido que conseguir copias de sus expeientes, no sin antes pagar grandes cantidades de dinero, para poder hacer esta revisión y presentarla ante ellos.

Dicen, con todo el cinismo posible, que la cárcel está llena de personas inocentes y que ellos no pueden hacer nada por cambiar esa situación. Alegan a la separación de poderes, a los tiempos de la justicia, a que no trabajan bajo presión, a todas y cada una de las excusas que puedan llegar a imaginar.

Pero la realidad es incuestionable, lo único que han sido capaces de demostrar, sin el menor lugar a dudas es que están dispuestos a dejarlos morir como otra forma de control, como castigo ejemplarizante. Como forma de disuadir a otras personas en la acción legítima de protesta política en la lucha por justicia y libertad.

Pero nuestros compañeros no van a caer en ese juego de desprecio y utilización. No van a permitir que el Gobierno utilice su lucha, sus esperanzas y su vida en un juego tan macabro.

Ellos, los de arriba, seguro están dispuestos a asumir el costo de sus vidas, el político, el mediático, el jurídico…

Pero en esta ocasión el jaque viene de mano de los peones, y el mate será a esos que se creen los reyes de esta partida.

El juego no va a terminar de esta manera, de este lado ya hemos apendido sus estrategias y no caeremos en ellas.

Segunto acto: La crueldad.

Si todavía no lo sabían, les vamos a contar algo, estamos gobernados por psicópatas. Personajes desalmados que se encierran en despachos y reuniones a repartir crueldad, barbarie y salvajismo todos y cada uno de los días. Y después, regresan a sus casas como si nada, abrazan a su familias y besan a sus hijos. Personajes que reciben salarios indecentes arrancados de nuestras costillas. De las costillas del pueblo que dicen gobernar, el mismo pueblo al que desprecian.

Todas la veces, sobre todo en este último periodo determinante en la salud de los compañeros, que han tenido que recibir atención médica, ellos, sus familias y nosotros hemos sido objetos de una crueldad indescriptible. Pero no solo ha sido eso, hemos podido comprobar como es la atención médica que reciben las personas que llegan a un servicio de urgencias de un hospital en el Estado de Chiapas. Y eso, en el caso que la reciban, que son los menos.

En un periodo crítico para la salud de los compañeros, tras 135 días de lucha y huelga de hambre, no ha existido ni un solo protocolo médico de atención en caso de un colapso grave en sus organismo. La atención médica, en casi la totalidad de los casos fue un despropósito. Fueron objeto de coacciones, amenazas, maltrato, violencia y neglicencia médica.

Les fueron prescritos desde medicamentos para el colesterol, hasta para la “cruda”; algo que si no fuera trágico, podría resultar hasta cómico. Medicamentos que, además, sus familias, compañerxs y amigxs hemos tenido que buscar, pagar y entregar sin que nadie se hiciera cargo de absolutamente nada.

Entre ellos mismos se han tenido que suministrar antibiótico por vía intravenosa, ya que no había nadie en el penal que pudiera hacerse cargo de ello. La báscula ,con la que son pesados, inventa de manera contínua el peso de los compañeros, y de forma mágica suben y bajan varios kilos en el día.

Y todo eso, no deja de ser parte de un juego macabro de castigo psicológico que nuestros compañeros han tenido que enfrentar. Y lo hicieron, y podemos decir que de eso de eso también han salido victoriosos. Por más que lo han intentado no han conseguido en ningún momento hacerles desistir de su convicción de lucha que es permanente hasta el día de hoy.

Jaque mate: La Dignidad

La Dignidad que no vacila, que ha sido, es y será el pilar fundamental de la lucha de nuestros compañeros y sus familias. La misma Dignidad que es capaz de poner a reyes en jaque y ganar partidas.

Nuestos compas nos dicen que lo van a lograr, y nosotras y nosotros no tenemos la menor duda de ello.

Nos dicen que están convencidos de que triunfará la verdad, la razón y el sentido común. Que dentro de poco nos podremos abrazar en libertad, que saldremos a pasear por las calles. Llegaremos a visitar nuestras casas y podremos convivir con nuestras familias sin que el color de nuestra ropa sea un limitante para hacerlo. Sin que nadie nos tenga que registrar las bolsas, checar el borde de nuestro brasier, hacernos quitar los zapatos o la faja. Sin que haya una ficha en nuestras manos y unos sellos en nuestro brazo. Sin que para vernos tengamos que pasar controles, puertas, cerrojos, candados, llaves y despedirnos con una mirada a través de una reja que se cierra.

Nos hablan de cómo será la lucha fuera de esos muros, de cómo están dispuestos llevar hasta las últimas consecuencias sus denuncias por tortura y demostrar que siempre dijeron la verdad.

Ellos dieron su palabra de que esta lucha iría mucho más allá de ellos, que sería por todas esas personas que perdieron su vida detrás en la cárcel. Por todas las de avanzada edad que están encerradas y que saben que dificilmente les quedarán días para vivir del otro lado de los muros de la bestia. Prometieron que esta batalla era por verdad, justicia, memoria, por crear las garantias de no repetición, porque nadie más tenga que pasar por el horror que ellos y sus familias han enfrentado. Y precisamente eso es lo que están haciendo y es lo que no van a dejar de hacer.

Nosotras, nosotros no tenemos la menor duda de que vencerán. Y no tenemos más que sentimientos de orgullo y agradecimiento para ellos. La lección de dignidad que nuestros compañeros están dando nos sobrepasa y nos lleva a estar cada día más seguras y firmes en nuestro compromiso de caminar a su lado.

La madurez política y la convicción con la que están llevando a cabo sus deciciones es el pilar fundamental de su lucha, y eso únicamente pude tener una definión: DIGNIDAD.

En esta nueva etapa de la lucha caeran los muros grises y brillará el cielo azul de la libertad.

No vamos a parar, no vamos a claudicar, no nos vamos a rendir…

Hasta que todas seamos libres!
Hasta que todos seamos libres!

Grupo de Trabajo No Estamos Todxs